domingo, 31 de marzo de 2013

Quiero ser "conserja"

Esta frase, como chascarrillo, "Quiero ser conserja" la usaba en los momentos de mucha tensión. O en los que te chocabas contra algún muro intentando integrar alguna mejora. O cuando llegaba a casa con un montón de trabajo pendiente que tenía que estar hecho para el siguiente día y una familia que atender. Y eso, día tras día.

Pensaba en el hecho de que tener un puesto con muy poca responsabilidad y que termina cuando termina el horario, aunque fuera a costa de cobrar menos, no tenía que estar nada mal.

Afortunadamente, tengo una amiga que sí trabaja de conserje. Quedamos a tomar café y, sin decir yo nada, me contó lo siguiente: Que estaba harta de ver cómo se despilfarraba en determinadas acciones y se cansaba de proponer a unos u otros cambios que mejoraran la gestión; Que discutía con su pareja cuando, fuera de su horario, en casa, la veía trabajado en una hoja de cálculo intentando cuadrar horas y guardias para que sus compañeros pudieran conciliar; Que se llevaba las preocupaciones de casa al trabajo y no era capaz de desconectar.


Me dió una gran lección. Tendemos a pensar que los puestos de "menor reconocimiento de la responsabilidad" no la tienen. Y no es cierto. La tienen, tienen responsabilidades. En diferente ámbito o alcance. Los problemas se repiten pero con diferentes actores y escenarios.

Y no creo que los niveles superiores no tengan también el mismo problema: No se conocen sus funciones, ni sus problemáticas ni sus implicaciones. Pero, segurmente, podrán quejarse de lo mismo.

Acercarse a todos los puestos y conocer sus problemas, necesidades y caracteristicas permiten una organización coherente. Un verdadero equipo.

Pero para eso es necesario permitir el diálogo y la convivenvia. Abrir canales, permitir la integración a todos los niveles. Invitar a las personas más elevadas en la jerarquía a participar de reuniones y toma de decisión en niveles intermedios, a consultar a los implicados y afectados de los problemas generales.

Por ejemplo, avisar al servicio de recepción de una mudanza o de que se está esperando a algún servicio de mantenimiento o algún cambio organizativo puede evitar varias llamadas, errores, molestias a otros equipos, ... Pero, también, comunicar a todos los niveles las implicaciones para la dirección de ciertas acciones o riesgos de algunas líneas de actuación.

Es hora de que todos seamos conserjes.

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