miércoles, 14 de septiembre de 2011

Culpables

Hace días que le voy dando vueltas a algo y hoy Amalio Espinosa en “Los funcionarios no somos el problema, sino la solución” y Sergio (Sergio es Sergio sin más que es amiguico) con "Los funcionarios: de los objetivos a la creación de valor" hablan de algo parecido en sus blogs, así que me parece buen momento para retomar algunas de sus ideas.

El tema en cuestión es el papel que nos están asignando a los funcionarios en esta crisis que parece que va para largo. Sin saber cómo hemos pasado de ser parte de esa clase media víctima de esos mercados tan mal encarados a ser culpables de la situación actual.

Eso sí, no somos los únicos culpables, van pasando por el punto de mira los políticos (esos son los peores), los controladores a los que se les aplicó una legislación laboral sobre la marcha donde se eliminan derechos básicos, los farmacéuticos que con lo que ganan bien pueden estar sin cobrar una temporada, por supuesto los funcionarios con una campaña de acoso y derribo y 2 bajadas consecutivas de sueldo, la del 2010 y la “escondida” del 2011, la eliminación de liberados sindicales que total para lo que hacen, y lo último son los profesores que ya es hora de que arrimen el hombro.

Supongo que muchos funcionarios cuando lean esto pensarán, hombre yo no, pero los políticos, los controladores y los sindicalistas… esos sí. Bueno, no es mal ejercicio que cada uno reflexione sobre la parte que le toca.

A mí no me gustan los recortes, ni los económicos, ni los de derechos, pero hay otra cosa que me preocupa más y es el enjuiciamiento y la campaña de descrédito que acompaña al colectivo implicado.

Cuando alguien se siente atacado lógicamente se coloca en una actitud defensiva y
cuando se está defendiendo no está en la actitud necesaria para que surja la creatividad, la colaboración o la implicación.

Respecto a esto leía ayer que existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

¿Dónde quiero ir a parar?. Pues intento explicar que me preocupan varias cosas:

* la primera es que la corriente de cambio que está surgiendo desde dentro de la administración se vea frenada por lo que muchos sentimos como ataques injustificados,

* me preocupa también que no seamos capaces de explicar la realidad de la administración sin caer en corporativismos que cieguen los puntos a mejorar,

* que defendamos el modelo de servicio público en el que creemos sin la flexibilidad que necesita hoy el contexto económico,

* pero sobre todo lo que finalmente no me gustaría es que volcáramos nuestros esfuerzos en protegernos y no en crecer… y las AAPP son estructuras que necesitan crecer hasta alcanzar el grado de madurez que permita el pleno desarrollo de las capacidades de sus funcionarios.

Esa es la reestructuración que necesita la administración y lejos de la prepotencia que el señor Rosell ve, cuando pienso en estas cosas a mí me viene a la cabeza una frase de Richard Feynman "Todos nos entristecemos cuando pensamos en las maravillosas capacidades que parecen tener los seres humanos y las contrastamos con los pequeños logros conseguidos. Una y otra vez se ha pensado que podríamos hacerlo mucho mejor”.

Si tengo que elegir un modelo para la administración me quedo con el de Feynman que por cierto era un señor muy listo y no con el de Rosell al que parece que le gusta hablar de más.